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Liderazgo bajo presión: formar a líderes resilientes en el sector de los servicios financieros
Gestión del rendimiento y el talento

Liderazgo bajo presión: formar a líderes resilientes en el sector de los servicios financieros

2025/09/15
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7 minutos de lectura
ÍNDICE

Introducción

El sector de los servicios financieros suele considerarse el motor de la economía global, aunque los ejecutivos que trabajan en este campo muchas veces se sienten como si estuvieran dentro de una olla a presión. Todos los líderes financieros, independientemente de su nivel jerárquico, han de defender muchos frentes: mercados volátiles, procesos normativos complejos, variaciones culturales e incesantes cambios tecnológicos. Todas estas presiones no se reducen a cuestiones técnicas, sino que afectan a sus rasgos más humanos. El desgaste entre los directivos financieros y los problemas de salud mental, cada vez más presentes, se están convirtiendo en un problema que se observa con una frecuencia alarmante, y ya suponen un gran riesgo en todo el sector que afecta tanto al rendimiento como a la retención de los empleados.

Algo que está muy claro es que los modelos de liderazgo tradicionales, que antes se centraban en el rigor, la resistencia ante las vicisitudes y las decisiones unidireccionales, ya no son la mejor estrategia. Para poder hacer frente a la complejidad y la incertidumbre de hoy en día, las entidades financieras necesitan contar con líderes capaces de mantener la calma bajo presión y de adaptarse rápidamente a los cambios, y que además sean un ejemplo de resiliencia para sus equipos. Por esta razón, cada vez es más frecuente recurrir al coaching como herramienta para desarrollar profesionalmente a este tipo de nuevos líderes. Además, es un buen método para combatir el desgaste, fomentar la resiliencia y reforzar un plan de sucesión corporativa de cara al futuro.

La olla a presión del liderazgo en entidades de banca y seguros

Los nuevos ejecutivos en puestos financieros se ven sometidos a enormes presiones. Han de equilibrar las expectativas de los clientes, cumplir con sus obligaciones, respetar las normativas y dirigir a sus equipos, y hacerlo todo en un sector que no deja de evolucionar. Aunque los directivos sénior suelen contar con unos sistemas de apoyo robustos, muchas veces los líderes primerizos carecen de esos recursos, una desventaja que los hace especialmente vulnerables frente al desgaste laboral.

A esta tensa situación se le suma el problema de la cultura en la industria financiera, ya que dedicar muchas horas extra y tener una disponibilidad constante se ha visto tradicionalmente como algo positivo y digno de alabanza. Sin embargo, este modelo ya no es sostenible en el entorno laboral actual. El agotamiento de los directivos no solo socava el bienestar individual, sino que merma la confianza de los equipos, hace que se tomen peores decisiones y desestabiliza a las empresas. Además, ignorar este problema tiene un precio nada desdeñable: una mayor rotación de empleados, equipos poco motivados y un gran riesgo para la reputación de la propia empresa en un sector en el que la confianza lo es todo.

Por qué la resiliencia es el recurso más importante de un líder

La resiliencia no consiste simplemente en sobrevivir a las adversidades. Para los ejecutivos de las empresas de servicios financieros, les permite ver los riesgos como una amenaza y, al mismo tiempo, como una oportunidad; es decir, compensando las presiones a corto plazo con un mayor crecimiento a largo plazo. Estos nuevos líderes resilientes no se limitan a mitigar los cambios inesperados, sino que catalizan esa volatilidad para convertirla en una ventaja innovadora y competitiva.

Esta mentalidad genera un efecto goteo. Si los líderes más preparados de hoy en día desarrollan su resiliencia, legarán igualmente sus conocimientos y sus conductas a sus equipos, integrando de esta forma esta capacidad en la cultura de la organización. Con el tiempo, este proceso se perpetúa a sí mismo: los líderes resilientes capacitan a sus equipos, atraen a sucesores ágiles y capaces de adaptarse y promueven ciclos de innovación que permiten mantener esa ventaja competitiva.

El coaching como estrategia de resiliencia

La dificultad no reside solo en identificar a posibles líderes resilientes, sino en crear un entorno que les permita desarrollarse de forma sistemática. Y es aquí donde el coaching deja una huella transformadora, especialmente para los líderes emergentes que sobrellevan gran parte de la carga corporativa.

Combatir el desgaste

El coaching constituye un espacio confidencial en el que los directivos pueden pararse a reflexionar sobre los factores que les provocan estrés, y donde tienen la oportunidad de establecer unos límites más saludables y adoptar prácticas sostenibles. Por otra parte, con el objetivo de evitar que los empleados se comprometan menos y que la tasa de abandono laboral sea elevada (consecuencias negativas que, además, pueden extenderse a otros equipos), las empresas deben afrontar la cuestión del desgaste de los ejecutivos financieros antes de que se convierta en un problema.

Desarrollar la agilidad emocional

Gracias al coaching, los líderes pueden reforzar su capacidad para regular sus emociones, soportar la presión y ayudar a sus equipos en épocas de incertidumbre. Este tipo de inteligencia emocional es una de las piedras angulares del liderazgo efectivo en entornos muy exigentes.

Fomentar la innovación

Los ejecutivos resilientes ven los cambios como una oportunidad. El coaching ayuda a estos líderes emergentes a ver los obstáculos desde una perspectiva diferente, y a enfrentarse a las dificultades con una mentalidad ya habituada a resolver problemas, con lo que evitan que los equipos se pongan a la defensiva y consiguen centrarse en idear soluciones innovadoras.

Crear un efecto dominó

Cuando los nuevos directivos perfeccionan su resiliencia, también se convierten en un modelo a seguir para sus equipos. Esta actitud amplifica el impacto del coaching más allá de la persona que lo recibe, promoviendo así una cultura corporativa global que capacita y mejora la facilidad de adaptación de sus empleados.

Cuando el coaching se integra en una organización de forma sostenible, deja de ser una mera ventaja para convertirse en un mecanismo esencial, como elemento estratégico, que engasta la resiliencia en el propio ADN de la cultura institucional. 

Crear planes de sucesión para un equipo directivo a prueba de futuro

El sector de los servicios financieros no deja de evolucionar: inteligencia artificial, transformación digital, cambios en el funcionamiento de la fuerza laboral, prioridades ambientales, sociales y de dirección corporativa... Todos estos factores están redefiniendo las expectativas del liderazgo. Centrar la solución en contratar a líderes sénior resilientes ya no es suficiente, sobre todo ahora que aumenta el ritmo de las jubilaciones y existe una mayor competencia por conservar a los ejecutivos mejor preparados. Si las empresas quieren estar al día con las exigencias que conllevan todos estos cambios y seguir cosechando éxitos, deben empezar a desarrollar la resiliencia y la capacidad de adaptación en su próxima generación de líderes.

El coaching juega un papel fundamental en este proceso:

  • Crecimiento a medida: personaliza el desarrollo y acelera el rendimiento de cada nuevo ejecutivo, ya que se centra en las fortalezas y analiza los puntos ciegos de forma individual.
  • Desarrollo de habilidades para el futuro: los líderes adquieren aptitudes para el mañana, desde liderar equipos híbridos hasta enfrentarse a dilemas éticos relativos a la inteligencia artificial.
  • Agilidad interdisciplinaria: los directivos aprenden a ver más allá de su equipo y su propio ámbito, por lo que se refuerza la colaboración y la previsión estratégica.
  • Plan de sucesión: cuando las próximas generaciones de líderes trabajan su resiliencia, las entidades financieras consiguen garantizan con más solidez la continuidad de su empresa y la preparación de su línea de negocio ante los cambios del mercado.

En pocas palabras, el desarrollo de los equipos directivos de empresas financieras debe evolucionar, y no limitarse a las formaciones ocasionales ni a un coaching esporádico. Un coaching continuado permite capacitar a los líderes del mañana para que puedan adaptarse, prepararse para el futuro y seguir transmitiendo esa misma cultura de resiliencia que iniciarán los ejecutivos sénior de hoy.

Pasar a la acción: integrar el coaching en la cultura de los servicios financieros

La resiliencia no puede reducirse a una ambición abstracta. Debe adoptar la forma de una herramienta y entretejerse junto con los apoyos y los recursos de desarrollo que ofrecen las entidades financieras. Aunque son los ejecutivos sénior quienes llevan la iniciativa, la resiliencia solo se convierte en una ventaja competitiva si los nuevos líderes disfrutan de las mismas oportunidades.

Incorporar el coaching a escala es la única forma de avanzar. Únicamente cuando democratizamos el acceso al coaching conseguimos que este recurso esté disponible no solo para la élite directiva de la empresa, sino también para los líderes emergentes que gestionan el día a día. Solo así las entidades financieras pueden convertirse en organizaciones pioneras donde la resiliencia se cultiva en todos los niveles de la jerarquía.

Esto va mucho más allá de gestionar los riesgos: es un imperativo estratégico. Los líderes resilientes avivan el compromiso, fomentan la innovación y refuerzan los planes de sucesión empresarial. Además, a medida que las organizaciones van creciendo, el propio ciclo se va reforzando: los líderes que saben adaptarse forman equipos muy capaces que, a su vez, hacen evolucionar las estrategias de negocio para ajustarse mejor a las dinámicas condiciones del mercado.

Las entidades de servicios financieros que ven el coaching como uno de los pilares de su cultura gozarán de una gran ventaja para seguir prosperando, ya que no se limitarán a sobrevivir a los cambios, sino que convertirán esas oportunidades en un punto de partida para transformarse y desarrollarse.

Conclusión

Los ejecutivos sénior actuales de las empresas de servicios financieros se enfrentan a una presión implacable, y el riesgo de sufrir un marcado desgaste laboral es muy elevado. Sin embargo, si las empresas se centran en la resiliencia de las nuevas generaciones de líderes pueden convertir este obstáculo en una gran oportunidad.

El coaching ofrece las herramientas y apoyos necesarios para combatir el desgaste, fomentar la agilidad emocional e integrar la resiliencia en los distintos equipos. Este recurso refuerza el desarrollo del liderazgo dentro de los planes de sucesión en el ámbito de la banca y los seguros, y contribuye a garantizar que los líderes del mañana sean capaces no solo de enfrentarse a situaciones volátiles, sino de promover la innovación y conseguir grandes ventajas competitivas.

En un sector que se ve tan afectado por los cambios como es el de las finanzas, los líderes resilientes son la única constante que sostiene el progreso empresarial. Aquellos directivos que inviertan en el coaching ahora serán quienes den forma a las organizaciones financieras más resilientes del futuro.

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